
CRIMINAL, VÍCTIMA O SUPERHÉROE
La construcción periodística del migrante
Propongo un ejercicio bastante sencillo, pero sin duda revelador. Simplemente hay que poner la palabra “migrante/s” en el buscador de internet y darle a la categoría de noticias. En los resultados de nuestra búsqueda nos encontraremos con imágenes de cientos de personas andando en masa por cualquier ruta que se tercie o a personas migrantes afinadas en una embarcación, normalmente una patera, cruzando el Mediterráneo. ¿Qué nos muestran esas imágenes y de qué manera posicionan la figura del migrante en el imaginario social? Encender la tele o abrir un periódico sin encontrarse imágenes o noticias sobre la masiva entrada de inmigrantes en “nuestro” territorio se torna imposible. Además, esta representación, no sólo visual sino narrativa de las historias de los migrantes y de la “problemática” que los envuelve, normalmente suele mostrar un perfil concreto de migrante. Este perfil, en su mayoría, nos muestra a una persona que entra en nuestro país de forma ilegal, la cual viene a “robarnos” el trabajo, a “ocupar” nuestras calles y/o a “aprovecharse” de nuestras arcas públicas.
El trabajo de un periodista debe ser crítico y debe huir de esta representación maniquea de los migrantes y de las situaciones en las que viven. El periodista debe representar todas las realidades del migrante y tratar de informar a la sociedad de una manera clara, respetando los derechos humanos y evitando “la noticia fácil”. Del 19 al 22 de octubre tuve la oportunidad de asistir al III Congreso de Periodismo de Migraciones y Desarrollo, organizado principalmente por la Fundación porCausa, que se autodefine como “un equipo de expertas, investigadores y periodistas abordando temas migratorios desde un marco único que permite entender lo que está pasando y propone alternativas factibles al modelo actual”. La mayoría de los diferentes ponentes de las diferentes mesas de discusión que se llevaron a cabo compartían la misma idea principal y es que hay que reformular la manera en la que se representa al migrante en la prensa, ya sea escrita o visual, física u online, mainstream o alternativa.
Este nuevo replanteamiento de la representación del migrante en la prensa puede ser resumido en la siguiente afirmación: hay que hablar con los migrantes y no tanto de los migrantes. Es decir, hay que centrarse en las personas que están detrás de esas imágenes y titulares. Hay que poner el foco en las personas y no tanto en el fenómeno. Erróneamente se habla de “crisis de refugiados” o de “crisis de acogida de migrantes”, en contraposición deberíamos hablar de la “crisis de la violación de los derechos humanos”. El quid de la cuestión recae en la situación que estas personas que llegan a Europa sufren, una situación de reducción de sus derechos. Hay que dejar de lado el discurso alarmista y mayoritario que vende una imagen de “conquista” por parte de este colectivo y de “peligro” para el bienestar europeo. Por qué en vez de centrarnos en que X número de personas saltaron la valla de Melilla, no nos centramos en que X número de personas se ven obligadas a poner en peligro su vida debido a factores externos que los fuerzan a migrar.
Por lo tanto, un factor importante que construye nuestra opinión y visión colectiva del migrante se debe a la sobrerrepresentación de un arquetipo y la total ignorancia de todos los demás perfiles de migrantes. José Bautista, periodista especializado en investigación y economía y miembro del equipo de porCausa, en una de las charlas de este congreso afirmaba que 8 de cada 10 migrantes sin papeles que entran en España son mujeres latinas que desempeñan labores de cuidados. Sin embargo, vemos todos los medios de comunicación repletos de noticias sobre la entrada masiva de migrantes por la frontera sur de España (Islas Canarias, Ceuta y Melilla en su mayoría). Esta errónea imagen del migrante también tiene repercusión en los discursos políticos. Podemos ver cómo la inmigración y la “securitización” de nuestras fronteras se utiliza como arma arrojadiza en los debates electorales. Además, la creación de esta alarma social y el “miedo” hacia la llegada de los migrantes “en patera” o “los que saltan la valla” tiene una implicación económica muy potente, ya que hay empresas privadas que hacen negocio de la seguridad fronteriza de estos lugares.
Otras dos narrativas constantes acerca de los migrantes en el periodismo son la excesiva victimización y la extrema “super heroicidad” de estos, las cuales usadas de manera específica también pueden causar imágenes erróneas sobre los migrantes. La figura del migrante o se representa como un “pobrecito”, como un mártir al que todo le va mal o por el lado contrario se le muestra como un superhéroe o una superheroína, como una persona que ha sabido luchar y ha podido sobrevivir al mar de injusticias y penurias al que se ha enfrentado (de nuevo volvemos a la imagen de víctimas). En relación con esto, son destacables las palabras de Lucía Mbomio: “El migrante nunca deja de vivir suficiente desgracia como para merecer vivir en Europa”. Y no es que no existan víctimas o superhéroes, el problema es que caemos en arquetipos en los que colocar a los migrantes, arquetipos que alimentan la estereotipación y que alejan a los migrantes de nosotros, evitando que la realidad de que somos iguales se materialice.
Así, la criminalización, la victimización y/o la imagen de superhéroe contribuyen a la construcción de una concepción del migrante muy concreta y nos separa de su realidad. Hoy en día es necesario el abandono de este “periodismo pornográfico” que solo retrata a los migrantes cuando hay una historia “espectacular” de por medio. Es necesario retratar al migrante en todas sus etapas, es decir, no solo centrarnos en su llegada a Europa, sino en saber qué es lo que le sucede una vez dentro de “nuestro” territorio. Es necesario hablar de todo tipo de migrantes, no solo de los que saltan la valla. Es importante relatar el por qué saltan la valla y cuál es el tratamiento que estas personas reciben. En definitiva, es necesaria una representación de 360 grados sobre los migrantes, hablando con ellos y no de ellos, comprendiendo su historia y acercándola a nosotros.