
UBUNTU
Una revisión completa del individualismo occidental
Ubuntu. “Humanidad hacia otros”. De origen zulú y con mucho que reivindicar, Ubuntu es visto como un modo de vida enfocado en el respeto, la lealtad y cuidado de las personas y las relaciones de estas con la comunidad. Surge del dicho popular «Umuntu, nigumuntu, nagumuntu» que en Zulú significa « una persona es una persona a causa de los demás». “Si todos ganan, tú ganas” es uno de los preceptos de esta filosofía africana que destaca por valores como la empatía, la cooperación y el bien común. Ubuntu es una práctica mental que prospera lejos del individualismo moderno típico de Occidente.
Esta cosmovisión filosófica africana ha ganado cada vez más prominencia desde la transición democrática de Sudáfrica en 1994. En palabras de Nelson Mandela, líder emblemático de la lucha contra el sistema político del Apartheid, en los viejos tiempos, cuando la gente recorría el país, al parar en los pueblos no hacía falta que preguntaran por comida o agua. Cuando los veían, la gente les daba comida y agua. Para Mandela esto es solo uno de los aspectos del Ubuntu, ya que este contempla varios aspectos más. Ubuntu es una forma de pensamiento alejada del individualismo, que aboga por el trabajo en equipo, el respeto y la honradez. Además de incluir la confianza, el compartir, la comunidad, el cuidado, en definitiva, una palabra con mucho significado, ese es el espíritu de Ubuntu. De hecho, cuando el resto se proyecta y obtiene logros, la personas Ubuntu no se sienten amenazadas. Simplemente no se fijan en el de al lado como un posible competidor, sino que están seguros de sí mismos y saben que forman parte de una gran totalidad. Si uno cae, el resto también lo hace.
Pero no debemos confundir el compañerismo, con la idea de ayudar al otro como una manera de subrayar todavía más la pobreza. Ubuntu significa penetrar en la cultura del otro y reforzar su diversidad construyendo, al fin y al cabo, espacios más humanos.
Ubuntu no significa que la gente no deba mirar para sí mismos, sino que la cuestión es si ellos van a hacer algo que permita que la comunidad mejore. Estas son las cosas importantes de la vida y, en sus propias palabras, «si nosotros como personas podemos actuar así, es algo muy valioso que debería ser apreciado». Resumiendo, Ubuntu es una gran enseñanza que Sudáfrica aporta al mundo, una filosofía aplicable a muchos aspectos de nuestra vida.
Podemos empezar con pequeños cambios, de manera, que, sin darnos cuenta, comience una auténtica revolución. Poco a poco, se irán uniendo toda clase de esfuerzos e ideas hacía una vida más saludable y equilibrada. Esto nos permitirá disfrutar de una mejor relación con uno mismo, con los demás y con el entorno. Disfrutar de una vida sencilla nos ayuda a reconocer nuestro potencial como seres humanos, hacia una cooperación efectiva y un bienestar común. En Sudáfrica, Ubuntu sirve de lazo de unión entre las dispares culturas del país, los ideales de Ubuntu abogan por un deseo de integración y aceptación de los unos a los otros a pesar del violento pasado.
Autores como el panafricanista Mzukisi Qobo sostienen que el avance de Ubuntu en un mundo que está cada vez más fracturado a lo largo de las líneas de identidad, marcado por la ansiedad y caracterizado por el realismo y las interacciones de poder es un ideal que vale la pena perseguir. Así pues, a pesar de que exista disonancia en la retórica que defiende Ubuntu y la práctica política real en dimensiones cruciales, es posible conseguir la convivencia de ambas. De igual manera, autores como Mugumbate y Nyanguru, enfatizan la idea de Ubuntu como concepto homogeneizador, una “columna vertebral de la espiritualidad africana” en la ontología subsahariana. Aun así, existe cierta tendencia crítica en contra de Ubuntu, pues para muchos, se considera vago como pensamiento filosófico y carente de un marco sólido. Se cuestionan su orientación colectivista, su el peligro al sacrificar las libertades individuales por el bien de la sociedad y su exclusiva utilidad en la sociedad tradicional, pero no en la moderna.
Sin embargo, las enseñanzas de Ubuntu, sin duda, son beneficiosas y aplicables también en otros lugares del mundo, tanto en la vida cotidiana como en la búsqueda de soluciones alternativas a los retos que presentan los tiempos actuales, poniendo énfasis en la humanidad común del mundo y su consecuente interdependencia.
En síntesis, la filosofía de Ubuntu proviene de la comprensión de que la vida de cada uno está profundamente ligada a la del otro y de la elección de utilizar el poder personal para comprometerse con el bien común, por oposición a la creación del bien individual aislado. Ubuntu es muy claro. Empoderar a través del bienestar colectivo es el imperativo máximo de una forma de comprender la vida tan revolucionaria como única. Aprendamos más de ella y rijámonos menos por el individualismo occidental. Al fin y al cabo, todos dependemos de todos y sin ese espíritu de unidad que defiende Ubuntu, no seríamos nada.