
ITALIA: LA CIUDADANÍA ACTIVA RESPONDE CON LA ACOGIDA AL RACISMO DEL GOBIERNO
El 27 de noviembre en Italia se aprobó el decreto de seguridad e inmigración, que todas las asociaciones que se ocupan de refugiados e inmigración han criticado en gran medida, ya que es un gran paso atrás en términos de recepción, que sólo va a provocar el aumento de las personas en situación irregular en el territorio italiano. Los dos puntos principales de la nueva ley prevén:
Derogación de la protección humanitaria, que en el pasado se reconocía a los extranjeros que huían de conflictos, desastres naturales u otros eventos especialmente graves, o que corrían el riesgo de tratos inhumanos y degradantes en su país de origen o simplemente no podían aprovechar las libertades democráticas garantizadas por la Constitución italiana. Entre los estados europeos, veinticuatro de los treinta y dos países ofrecen formas de protección similares a la protección humanitaria: Italia ya no está entre ellos.
Restricción del sistema de recepción. El sistema para la recepción de solicitantes de asilo y refugiados (Sprar), administrado por los municipios italianos, un sistema eficiente que garantiza servicios básicos como capacitación y búsqueda de empleo, se limitará solo a aquellos que ya cuentan con protección internacional o a los menores extranjeros no acompañados. Esto significa que los extranjeros ya no podrán aprovechar los cursos de formación, los cursos de italiano, y su integración será cada vez más difícil.
Son malas noticias, por lo tanto, que empeoran la situación de los solicitantes de asilo y son una señal de la creciente intolerancia y el racismo que serpentean en Italia. Pero si el gobierno italiano ha tomado el camino del oscurantismo y la discriminación, la ciudadanía activa responde activándose para nuevas formas de recepción, demostrando que no todos le temen a los diferentes y al extranjero. Refugees Welcome, por ejemplo, es una asociación presente en muchos países europeos (incluida España), y favorece la difusión de la acogida de solicitantes de asilo y refugiados en familias. La recepción en la familia es, de hecho, un poderoso instrumento de integración que promueve caminos reales de inclusión y coexistencia pacífica, y ciertamente es una colocación mejor que los centros de recepción, a menudo sobrepoplados e impersonales. Pero también para la familia que acoje los beneficios no son menos: la capacidad de tener una experiencia directa, contada por las palabras de los que la han vivido, de lo que pasa en los países vecinos; la oportunidad de crear nuevas formas de solidaridad, de crear una red de viejos y nuevos amigos que compartan los valores de tolerancia y abertura cultural. Como en el caso de Luca y María Cristina, anfitrionas de Anas, un joven sirio de 28 años que cuenta cuánto más bella y rica es su vida desde que entró en la casa; o como Livia y Stefania, quienes recibieron a Rayane y la ayudaron a solicitar y ganar una beca en una universidad estadounidense en Roma que le permitirá asistir a un curso de comunicación.
Hasta hoy, se han activado 120 cohabitaciones en Italia. Las historias son muchas, a veces no sin dificultades: por un lado la barrera del lenguaje, el contexto cultural, la experiencia de sufrimiento y las privaciones sufridas, y los temores naturales y la desconfianza al tratar con una experiencia que inevitablemente cambia la dinámica familiar. Pero son obstáculos que se superan fácilmente con discusiones, monitoreo, reuniones continuas con los voluntarios de Refugees Welcome, que ayudan a la “nueva” familia a resolver pequeños conflictos y aprovechar de esta experiencia. Como dicen Luca y María Cristina: “hemos aprendido muchas cosas y, en verdad, es Anas quien nos ha ayudado”.
Traducción: Mariachiara Secco