
ANTIDISTURBIOS EN VEZ DE REFUGIO
Un análisis de la respuesta política a los incendios de Moria
***English version below***
La semana pasada los incendios devastaron el campo de Moria en la isla griega de Lesbos. Moria se había vuelto infame a lo largo de los últimos años por su constante estado de hacinamiento y por sus inhumanas condiciones de vida. Los incendios que comenzaron en la noche del martes al miércoles dejaron a 12.598 hombres, mujeres, niños y niñas que vivían en Moria en estado de shock y varados/as en las calles. La cofundadora de Habibi.Works, Mimi Hapig, habló con un experto consultor en la materia.
Una entrevista de Mimi Hapig con Rory O’Keeffe, fundador de “Koraki for contextual and political analysis and communication for humanitarian responders”, Tesalónica, Grecia.
Rory, ¿cuáles fueron tus primeros pensamientos cuando te enteraste de los incendios que estaban destruyendo el campo de Moria?
A las pocas horas del incendio que destruyó los refugios y casi todas las pocas posesiones que les quedaban a los 12.589 hombres, mujeres, niños y niñas del “campamento” de Moria, fue decepcionante pero predecible ver a la gente apresurarse a atribuir la culpa del desastre.
Tanto Michalis Frantzeskos, teniente de alcalde para la protección de los ciudadanos de Lesbos, como el primer ministro griego Kiriakos Mitsotakis emitieron declaraciones en las que acusaban a los residentes de Moria de haber provocado los incendios.
Mitsotakis incluso dio a entender que los incendios habían sido una reacción violenta a unas pruebas de salud, una teoría sin ninguna base en hechos o pruebas.
Seis días después del incendio, una vez realizada una investigación preliminar, la policía griega arrestó a seis personas -que se cree que han estado atrapadas en Moria durante más de un año- en relación con el incendio. Ninguno ha sido juzgado todavía, por lo que, incluso ahora, sería demasiado pronto para decir que son los responsables del inicio del fuego.
Ciertamente, sin embargo, las afirmaciones de Frantzeskos y Mitsotakis se hicieron demasiado pronto, demasiado públicamente y constituyeron un indicativo alarmante de la “narrativa” que el gobierno intentaría seguir con respecto al desastre.
Esto importa, porque al menos tan importante como “cómo empezó el fuego” es “cómo pudo un incendio iniciado por una o unas pocas personas destruir por completo el centro de detención de refugiados más grande de Europa”.
La respuesta simple es que la capacidad de seguridad de Moria (el número máximo de personas que pueden estar en ese sitio antes de que ya no sea seguro para ninguna de ellas estar allí) era de 2.757 personas. El lunes 9 de septiembre, víspera del incendio, su población era de 12.598 habitantes.
Los centros de detención/retención como Moria en Lesbos y otros centros de detención en Quíos, Samos, Leros y Kos existen en contravención directa del derecho internacional; la práctica de retener a las personas allí durante un máximo de cuatro años en condiciones de hacinamiento intenso y demostrablemente inseguras es inaceptable no solo legalmente, sino también moralmente. En la Unión Europea, el bloque político más rico del mundo que jamás ha existido, en el siglo XXI, esto es inaceptable.
Así que la sorpresa/el misterio no es que Moria fuese arrasado por un incendio el miércoles por la mañana, sino que esto no hubiese sucedido hace tres años o más.
¿Cuál es la reacción política que observas ahora mismo en Grecia?
Es difícil imaginar una demostración más cruda de las prioridades políticas del gobierno griego que esta: un estado que ha estado en el centro de la respuesta a los refugiados durante cinco años completos decidió que podía transportar a la policía antidisturbios desde su capital en helicóptero pocas horas después de que estallara el incendio para evitar que personas desesperadas encontraran un refugio temporal, pero esperó 36 horas para enviar muy pocas tiendas de campaña, por barco, para ofrecer un lugar para dormir.
Nea Dimokratia, el antiguo partido de la oposición que actualmente lidera el gobierno nacional desde julio de 2019, ha trabajado duro para “convertir en armas” a los refugiados.
Su mensaje se ha concentrado en tres puntos principales: que los refugiados son un peligro para los medios de vida griegos (trabajos e ingresos), para los estilos de vida griegos (tradiciones, religión y cultura) y para las vidas griegas (literalmente, que los refugiados ponen en peligro la seguridad de Grecia como estado y de sus ciudadanos como personas).
Ninguna de estas tres afirmaciones tiene ninguna justificación de hecho; los refugiados no han atacado a los griegos ni han hecho ningún esfuerzo por “cambiar” Grecia culturalmente. De hecho, cabe señalar que Grecia ha recibido miles de millones de euros que no habría recibido, precisamente porque han llegado hombres, mujeres, niños y niñas en busca de seguridad y una oportunidad para volver a empezar. Es muy probable que Grecia no hubiera salido todavía de las “medidas especiales” impuestas por la UE si estas personas no hubieran llegado.
Aún así, debido a narrativas como estas, creadas e impulsadas por Nea Dimokratia, no es sorprendente que los habitantes de Lesbos y el público griego en general contribuyan a, o al menos acepten, medidas como los cortes de carreteras para evitar que los refugiados que se han quedado en la calle tras los incendios de Moria entren en la ciudad cercana.
Y todo esto en medio de una pandemia…
Por supuesto, la COVID-19 también juega un papel. Inmediatamente después del incendio, en la misma declaración en la que afirmó (sin pruebas) que “los refugiados” habían iniciado el incendio, Michalis Frantzeskos también señaló con “preocupación” que 35 personas habían dado positivo en el virus en Moria en el los días anteriores. Es cierto que Lesbos está bajo “medidas extraordinarias” debido a los altos niveles de infecciones en la isla, pero los primeros casos en Moria llegaron mucho más tarde que los que se produjeron fuera del centro de detención. No hay absolutamente nada de cierto en la idea de que la “dirección del contagio” va de los refugiados a los nativos griegos: en todo caso, la experiencia en todo el país es directamente la opuesta.
La cercana ciudad de Mitilene podría haber encontrado espacio fácilmente para 35 personas con un virus, lo que significa que no solo esas personas habrían recibido la atención adecuada (y en instalaciones sanitarias cerradas), sino también que las autoridades municipales podrían haber estado al tanto de dónde estaban exactamente esas personas, y así, “haber protegido a los ciudadanos” de Lesbos. En lugar de eso, estos hombres, mujeres, niños y niñas no pudieron encontrar un alojamiento alternativo.
El jueves por la tarde, el gobierno griego se vio obligado a admitir que no tenía ni idea de dónde estaban 27 de los hombres, mujeres, niños y niñas que habían dado positivo por coronavirus, ya que, ante la opción de permanecer en la calle a altas temperaturas o la de dirigirse hacia las más frescas montañas -y probablemente adentrarse en ellas-, como era de esperar, habían elegido lo último.
Mientras tanto, las fuerzas policiales asignadas a Lesbos han estado activas. En los días que siguieron al incendio, han utilizado gases lacrimógenos contra las personas desplazadas de Moria, incluso cuando esas mismas personas comenzaron a colapsar por la falta de agua. El gobierno griego envió policías y armas a Lesbos más rápido y en mayor cantidad que tiendas de campaña, y hombres, mujeres, niños y niñas todavía duermen en las calles. Gente inocente está siendo atacada por un gobierno que ha optado por dejarles durmiendo a la intemperie, porque su prioridad es la respuesta armada.
Una respuesta simple diseñada para albergar y ayudar a las personas a corto plazo mientras se trabaja en soluciones a largo plazo podría haber beneficiado tanto a los griegos como a los no griegos en Lesbos.
En lugar de eso, hemos visto una retórica sin fundamentos fácticos -tanto del Primer Ministro griego como de Frantzeskos- y el uso de la policía como milicia contra un grupo de personas desarmadas, inocentes y desesperadas. El resultado, completamente predecible, es el caos y un riesgo mucho mayor para las personas refugiadas y los ciudadanos griegos por igual.
¿Y qué hay de la reacción política de la UE?
Bueno, no es que la UE no haya dicho nada de nada. Pero tampoco ha dicho mucho, y mucho menos ha actuado de una forma decisiva o significativa. El estado alemán de Renania del Norte-Westfalia se ofreció el miércoles a llevarse a 1.000 de las personas cuyos refugios fueron destruidos por el incendio. Otros estados alemanes siguieron su ejemplo. Ayer (martes 15 de septiembre) por la noche, el gobierno alemán había “indicado” (aunque no confirmado) que “puede” aceptar hasta 1.650 hombres, mujeres, niños y niñas.
Si esto fuera replicado por todos los demás Estados miembro de la UE, entonces no solo las 12.589 personas de Moria, sino todos los hombres, mujeres, niños y niñas que se encuentran actualmente recluidos en uno de los infernales, masiva y peligrosamente superpoblados centros de detención/retención griegos en las cinco islas del Egeo podrían trasladarse a un lugar seguro donde podrían reiniciar y reconstruir sus vidas.
Pero antes de aceptar los compromisos de sus propias regiones, el gobierno alemán ha pedido que otros estados de la UE ofrezcan también plazas para los 12.589 habitantes del antiguo campo de Moria.
Hasta el momento, Francia se ha ofrecido a aceptar entre 100 y 150 menores, mientras que otros ocho países han propuesto aceptar entre 100 y 150 entre todos, en función de si la oferta combinada de Alemania y Francia para reubicar a las niñas y los niños que estaban atrapadas/os en Moria sin padres o tutores oficiales asciende a 250 o a 300.
En el silencio que ha seguido, el argumento en Grecia se ha modificado una vez más para sugerir que debido a que los detenidos de Moria “prendieron fuego” al centro de detención/retención, no “merecen” ser trasladados a otra parte de la UE. Esta es una posición asombrosa, ya que equivale a la idea de que, incluso si los seis detenidos bajo sospecha de haber iniciado el incendio de Moria son declarados culpables, unos 12.583 hombres, mujeres, niños y niñas totalmente inocentes de cualquier delito también deben ser sancionado/as por ello: esto no es “justicia” en ningún sentido de la palabra.
Más allá de “expresiones de simpatía” (y no todos los estados las han realizado), la mayor parte de la UE no ha hecho nada hasta ahora.
Como experto en análisis político has aparecido en Al-Jazeera dos veces en las últimas dos semanas. Según tu opinión, ¿cuáles son las reacciones adecuadas que la Unión Europea y el Estado griego deben adoptar ahora mismo?
El incendio del miércoles demuestra de manera concluyente que los centros de detención/retención en las islas del Egeo no son solo castigos increíblemente crueles para las personas que no han cometido ningún delito, sino que también -como hemos advertido continuamente- son fundamentalmente inseguros.
Toda la base sobre la que se abrieron fue una imposibilidad: nunca hubo la capacidad o incluso realmente la voluntad a nivel griego o de la UE para hacer que el “sistema” funcionara correctamente, es decir, que los centros de detención/retención fueran paradas temporales donde las personas podrían registrarse antes de viajar más lejos.
El traslado de personas de Lesbos y de campamentos/centros de detención superpoblados en otras islas al continente solamente crearía sufrimiento y otros desafíos en los campos ya superpoblados del continente. Con el fin de “hacer espacio” para las llegadas de las islas en los últimos 12 meses, las personas con una decisión positiva en su solicitud de asilo se han visto obligadas a salir de los alojamientos a las calles, creando una nueva situación de personas sin hogar, altamente problemática, causada por la política del gobierno. Lamentablemente, es probable que esto continúe y aumente si se traslada a 12.583 personas a raíz del incendio de Moria.
En vez de esto, la UE debe actuar ahora para reubicar a cada hombre, mujer, niño y niña a otros Estados miembro, donde puedan reiniciar y reconstruir sus vidas.
De hecho, cada uno de los centros de detención/retención debe ser cerrado, inmediatamente, y cada persona que está dentro debe ser llevada a un alojamiento seguro y decente mientras se procesa su solicitud de asilo. Simultáneamente, la UE debe evitar inmediatamente que el gobierno griego construya y obligue a las nuevas llegadas a entrar en “campos cerrados” -de hecho, cárceles- en las islas del Egeo.
*Imagen cedida por Annelise Mecca para el artículo.
***English version***
RIOT POLICE INSTEAD OF SHELTERS
An Analysis of the Political Response to the Moria Fires
ast week, fires devastated the Moria camp on the Greek Island Lesvos. Moria had become infamous throughout the last years for its constant state of being overcrowded and for its inhumane living conditions. The fires that started in the night from Tuesday to Wednesday left the 12,598 men, women and children who had been living in Moria in shock and stranded on the streets. Habibi.Works co-founder Mimi Hapig spoke to an expert consultant on the matter.
An interview by Mimi Hapig with Rory O’Keeffe, founder of Koraki for contextual and political analysis and communication for humanitarian responders, Thessaloniki, Greece
Rory, what were your first thoughts when you learned about the fires destroying Moria camp?
Within hours of the fire which destroyed the shelters and almost all of the few remaining possessions of 12,589 men, women and children at the Moria ‘camp’, it was disappointing but predictable to see people rush to allocate blame for the disaster.
Both Michalis Frantzeskos, the vice deputy mayor for citizens’ protection on Lesvos, and the Greek Prime Minister Kiriakos Mitsotakis made statements that accused the residents of Moria of having caused the fires.
Mitsotakis even implied the fires had been a violent reaction to health tests – a theory without any basis in fact or evidence.
Six days after the fire, when a preliminary investigation had been carried out, Greek police arrested six people – all of whom are believed to have been trapped at Moria for more than a year – in relation to the blaze. None have yet been tried, so it would, even now, be too soon to say they are responsible for the fire starting.
Certainly, however, Frantzeskos’ and Mitsotakis’ claims were made too soon, too publicly, and were an alarming indication of the ‘narrative’ the government would seek to follow regarding the disaster.
This matters, because at least as important as ‘how did the fire start?’ is ‘how could any fire started by one or a few individuals destroy all of the EU’s largest refugee holding centre?’
The simple answer is that Moria’s safe capacity – the maximum number of people who can be at the site before it is no longer safe for any of them to be there – was 2.757 people. On Monday 9 September, the day before the fire, its population was 12,598.
The holding/detention centres like Moria on Lesvos and other detention centres on Chios, Samos, Leros and Kos exist in direct contravention of international law, while the practice of holding people there for up to four years in intensely overcrowded and demonstrably unsafe conditions is unacceptable not just legally, but also morally. In the European Union, the world’s richest ever political bloc, in the 21st Century, this is unacceptable.
So the surprise/mystery is not that Moria was wiped out by fire on Wednesday morning, but that this had not happened three or more years before.
What is the political reaction you observe right now in Greece?
It is hard to imagine a more stark demonstration of the political priorities of the Greek government than this: a state which has been at the centre of a refugee response for five solid years decided it could transport riot police from its capital by helicopter within hours after the fire broke out to prevent desperate people from finding temporary shelter, but waited 36 hours to send too few tents, by ship, to actually offer somewhere to sleep.
Nea Dimokratia, the former opposition party which now leads the national government as of July 2019, has worked hard to “weaponize” refugees.
Their messaging has focused on three major points: that refugees are a danger to Greek livelihoods (jobs and incomes), to Greek lifestyles (traditions, religion, and culture) and to Greek lives (literally, that refugees endanger the security of Greece as a state, and its citizens as individuals).
None of these three claims has any justification in fact; refugees have not attacked Greek people or made any effort at all to ‘change’ Greece culturally. In fact, it is worth noting that Greece has received billions of Euros it would not have had, precisely because men, women and children have arrived seeking security and a chance to begin again. It is very likely that Greece would not yet have left EU-imposed “special measures” if these people had not arrived.
Still, because of narratives like these, created and fueled by Nea Dimokratia, it is not surprising that locals on Lesvos and the wider Greek public contribute or at least accept measures like the road blockage that prevents refugees stranded on the streets after the Moria fires from entering the nearby city.
And all of this in the middle of a pandemic…
Of course, COVID-19 also plays a part. In the immediate aftermath of the fire, in the same statement in which he claimed (without evidence) that ‘refugees’ had started the fire, Michalis Frantzeskos also noted with ‘concern’ that 35 people at Moria had tested positive for the virus in the previous few days. It is true that Lesvos is under ‘extraordinary measures’ because of high levels of infections on the island, but the first cases in Moria came far later than those outside the holding/detention centre. There is absolutely no truth in the idea that the ‘direction of infection’ is from refugees to Greek natives: if anything, the experience across the country is directly the opposite.
The nearby city Mytilene could easily have found space for 35 people with a virus, meaning that not only would those people have received proper (and indoor) care, but also that the municipal authorities could have kept tabs on exactly where those people were, and thus ‘protected the citizens’ of Lesvos. Instead, these men, women and children were not able to find alternate shelter.
By Thursday afternoon, the Greek government was forced to admit it had no idea where 27 of the men, women and children who had tested positive for coronavirus even were, as, faced with the choice of remaining on the street in high temperatures or heading for the cooler mountains – most likely into the mountains – they had unsurprisingly chosen the latter.
Meanwhile the police forces allocated to Lesvos have been active. In the days that have followed the fire, they have used teargas against the people displaced from Moria, even as those people have begun collapsing due to lack of water. The Greek government sent police and arms to Lesvos faster and in greater numbers than it sent tents, and men, women and children are still sleeping on the streets. Innocent people are being attacked by a government which has chosen to leave them sleeping rough, because its priority is armed response.
A simple response designed to shelter and help people in the short-term while working on long-term solutions could have benefitted Greek and non-Greek people alike on Lesvos.
Instead, we have seen fact-free rhetoric – from the Greek Prime Minister as well as Frantzeskos – and the use of the police as a militia against an unarmed, innocent and desperate group of people. The result, entirely predictably, is chaos and far greater risk to refugees and Greek nationals alike.
What about the political reaction of the EU?
Well, the EU has not quite said nothing at all. But it has also not said very much, let alone acted decisively or in a meaningful way. The German state of North Rhine-Westphalia offered on Wednesday to take 1,000 of the people whose shelters were destroyed in the fire. Other German states followed suit. By yesterday (Tuesday 15 September) evening, the German government had ‘indicated’ (though not confirmed) that it ‘may’ take up to 1,650 men, women and children.
Were this to be replicated by every other EU member state then not only the 12,589 people from Moria, but every single man, woman and child currently held in one of the hellish, massively- and dangerously overcrowded Greek holding/detention centres on the five Aegean islands could be removed to a safe place where they could re-start and rebuild their lives.
But before accepting the pledges of its own regions, the German government requested that other EU states also offer places to the 12,589 population of the former Moria camp.
So far, France has offered to take 100-150 children, while eight other countries have offered to accept 100-150 between them depending on whether the combined German and French offers to relocate children who have been trapped in Moria without parents or official guardians in fact amount to 250 or 300 children.
In the silence that has followed, the argument in Greece has once again altered to the suggestion that because the Moria detainees ‘set fire to’ the holding/detention centre they do not ‘deserve’ to be moved elsewhere in the EU. This is an astonishing position, amounting to the idea that even if all six of those arrested on suspicion of having started the Moria fire are found guilty, some 12,583 men, women and children entirely innocent of any crime must also be punished for it: this is not ‘justice’ in any sense of the word.
Aside from ‘expressions of sympathy’ (and not every state has made those) most of the EU has so far done nothing.
As an expert for political analysis you have been on Al-Jazeera twice in the last couple of weeks. According to your opinion, what are the adequate reactions the European Union and the Greek state need to display right now?
Wednesday’s fire proves conclusively that not only are the holding/detention centres on the Aegean islands insanely cruel punishments for people who have committed no crime, they are also – as we have continually warned – fundamentally unsafe.
The entire basis on which they were opened was an impossibility: there was never the capacity or even truly the will at either Greek or EU level to make the ‘system’ work properly – that is, for the detention/holding centres to be temporary stopping-points where people could be registered before travelling further.
Transferring people from Lesvos and overcrowded camps/detention centers on other islands to the mainland would only create suffering and other challenges in the already overcrowded camps on the mainland. In order to ‘make space’ for arrivals from the islands in the last 12 months, people with a positive decision in their asylum claim have been forced out of the shelters and onto the streets, creating a new, highly problematic, situation of homelessness directly caused by government policy. This is sadly likely to be continued and increased should 12,583 people be moved in the wake of the Moria blaze.
Instead, the EU must act now to move every single one of the men, women and children to other EU member states, where they can restart and rebuild their lives.
In fact, every one of the holding/detention centres must be shut down, immediately, and everyone within them moved to safe, decent accommodation while their asylum applications are processed. Simultaneously, the EU must immediately prevent the Greek government from building and forcing new arrivals into ‘closed camps’ – in fact jails – on the Aegean islands.
*Image courtesy of Annelise Mecca for the article.