FOTOPERIODISMO
En el ámbito del fotoperiodismo no existe una guía profesional que marque cómo debe ser el desarrollo de la profesión. Es un trabajo muy personal, y la forma de desarrollarlo tendrá que ver con la personalidad del fotógrafo y fotógrafa y su manera de relacionarse con el entorno en el que esté trabajando. Aun así, en este espacio dejaré apuntados algunos consejos que tal vez sean de ayuda, sobre todo en ese momento de afrontar por primera vez un proyecto fotoperiodístico.
El trabajo con las personas
– Una parte importante del trabajo fotoperiodístico tiene que ver con la necesaria implicación de las personas protagonistas del evento, suceso o historia que quieres narrar. Es común que la dificultad para sentirnos libres fotografiando a otras personas y sus vidas íntimas suponga una barrera. Nos sentimos sometidos a debates y dilemas internos constantes, reflexionando sobre si no estaremos siendo invasivos, si trabajamos realmente por alzar la voz de quien consideramos que debe ser escuchada o si en realidad lo estamos haciendo por nosotros mismos, si estamos haciendo lo correcto o en cambio estamos decidiendo por encima de los demás. Pues bien, estos debates internos son necesarios. El objetivo no debe ser llegar a una conclusión al respecto, sino que sean parte de la definición del trabajo fotoperiodístico que se realiza. Las situaciones serán tan variadas y únicas como variada y única es la gente del mundo, por lo tanto, mantener viva esta reflexión es importante. Respecto a las prioridades que cada uno o una establezca sobre por qué hace este tipo de trabajo, se trata de una cuestión personal. Como se anotaba al principio, hay tantas formas de desarrollar este trabajo como personas que lo desarrollan.
– Existirán situaciones en las que sea muy difícil entablar lazos con las personas sobre las que construirás tu historia, como por ejemplo situaciones de urgencia, desastres naturales etc. Llegas a un sitio, te encuentras con una situación en la que confluyen una gran cantidad de sinergias y si tú estás en ese lugar para transmitir en imágenes lo que está sucediendo, no puedes más que comenzar a tomar fotos. En cambio, habrá otros espacios en los que podrás construir tu historia con algo más de tiempo. Puede que sea al desarrollar un proyecto fotográfico sobre un grupo de personas cuya situación consideras que debe ser contada. Hasta ahora, y bajo mi experiencia personal, la única manera de establecer lazos que permitan un ambiente cómodo para desarrollar el proyecto es a través de la convivencia previa. El hecho de entablar relaciones humanas, compartir el propio proyecto y hacer a las personas partícipes del mismo genera una atmósfera que nos pone a todas las personas al nivel más igualitario posible (casi nunca al mismo, el fotoperiodista está en el lugar por elección propia, las personas con las que trabajará normalmente no). Partimos de nuevo de que es un trabajo con un desarrollo muy personal, habrá personas que trabajen su relación con las personas y el entorno de una manera diferente.
El equipo
– Es importante recalcar de nuevo que todo aspecto del desarrollo profesional en este ámbito depende de la persona que lo realiza. Hablando sobre el equipo a utilizar, tiene que ser definido por la propia persona. Algunos datos que pueden ser útiles:
– El peso: Normalmente serán jornadas de trabajo largas, y además, de manera habitual, en ámbitos en los que la discreción puede ser un factor importante. Un cuerpo de cámara con una o dos lentes (aquellas que mejor se amolden al trabajo que quieras realizar), tarjetas y batería extra podrían ser un equipo ligero y que no te comprometiera en este sentido.
– La discreción: Cuanto menos llames la atención, menos barreras encontrarás. Si un miembro de los cuerpos de seguridad te ve colgada del hombro una bolsa que evidentemente es una funda de cámara y considera amenazante tu presencia, seguramente se complique mucho la situación para que puedas seguir haciendo fotos. Existen fundas cómodas, rápidas y discretas, que no son tan evidentes. Por otro lado la actitud y cómo te integras en el entorno es también importante, afectando esto último, no solo a lo poco o mucho que llames la atención, sino al resultado y profundidad del trabajo realizado.
La difusión de tu trabajo
Seguramente sea una de las fases más complicadas en el desarrollo de un proyecto como fotoperiodista. Por definición, este trabajo suele realizarse para contar historias, visibilizar situaciones ocultadas o desconocidas, por lo tanto, hacerlo llegar a la gente, al mayor número de personas posible, debe ser parte importante. Pues bien, en este punto tampoco existe una guía que diga cómo puedes hacerlo (al menos nosotras no la tenemos). No existe el proceso de crear un portfolio y llamar a puertas de redacciones para enseñarlo, o en muy pocas situaciones tendrás la oportunidad de hacer algo así. Normalmente podrás ir encontrando más espacios donde mostrar tu trabajo según vayas conociendo gente. Encontrarás personas que te echen una mano, otras que no. Pero siendo un trabajo que requiere tanta soledad, requiere al mismo tiempo mucho apoyo en algunas situaciones, por lo tanto, encontrar a gente que entienda la profesión como una competición no debe ser una razón de frustración. Poco a poco irás tejiendo una red de apoyos que irán permitiéndote llegar a nuevos espacios. Eso sí, cuando llegues a esos nuevos espacios, acuérdate de lo importante que fueron aquellas personas que en su momento te ayudaron y haz lo propio por las que vienen detrás.